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Pejerreyes de costa en el dique Los Molinos

Final de la veda, principio de la diversión costera

Por: Pablo Luis Pfeiffer

Les presentamos un detrás de escena con fotos inéditas, del informe publicado en la revista "Panorama de Pesca" edición Diciembre de 2014. 
Importante: El presente es un informe "exclusivo" propiedad del autor, cedido únicamente a Magazine Córdoba Pesca en internet y al multimedio “Panorama de Pesca”, queda estrictamente prohibido su reproducción total o parcial en otro medio informativo (revista, web, blog) como así también en medios interactivos (foros y redes sociales) sin la correspondiente autorización y solo podrá circular vía enlace o link que direccione sin intermediarios y de manera directa a nuestro sitio web (www.magazinecordobapesca.blogspot.com.ar) nunca mediante la utilización del copy/paste (copiar y pegar) respetando lo establecido por ley de propiedad intelectual 11723 (y sus sanciones correspondientes art.71 y 72)

En nuestra provincia mediterránea de Córdoba existe un lapso y período de tiempo en el cual se veda la pesca de costa y se establece una restricción de pesca embarcada que va desde los 200 mts en dirección a la costa vedada. Si bien en algunos espacios la restricción es parcial, en la mayoría de las superficies lacustres la veda es total, es decir abarcativa de todas las costas. Es por ello que culminada la misma, quienes disfrutamos de “la mas popular” de todas las modalidades de pesca salimos corriendo a ver donde se verifica el pique.

Es así que el tres días después de culminada la veda nos dirigimos al Dique Los Molinos, teníamos información de que la pesca del pejerrey se venía dando firme, y que los ejemplares no eran pequeños.
Partimos en dirección al mencionado espejo de agua, desde el norte por ruta provincial nro. 5 pasando por la localidad de Alta Gracia, y una vez arribados a la rotonda de Villa Ciudad de America rumbeamos para el pueblo de Potrero de Garay, y pasando el puente del Río San Pedro buscamos una bahía para comenzar a hacer nuestros primeros intentos.

Tomando al pejerrey como objetivo de búsqueda, armamos aparejos costeros de flote, compuestos por dos boyas tipo yo-yo o aceituna, brazoladas largas de 80 cms. con una separación entre si no menor a un metro o mas (según modelo de caña a utilizar)
Una vez en el sector elegido, comenzamos a advertir con mi compañero de pesca,  Ricardo “el gato” Fernandez, que no hacían falta largos lances, si y en todo caso, encontrar una zona en donde haya cierta profundidad.  

Atraídos por el viento

Las condiciones de pesca estaban óptimas, sabíamos que el viento iba a soplar desde el sur, estaba pronosticado, por suerte se estaba cumpliendo y por ende nos encontrábamos en la orilla correcta, siguiendo aquel viejo principio de nuestra disciplina “que el pejerrey siempre se pesca donde pega el viento”
Comenzamos a tener ciertas respuestas de pique, pero no con la intensidad esperada, si con buenos tamaños, considerando lo que se obtiene normalmente en nuestra provincia, mas en esta modalidad costera.


Pronto íbamos a darnos cuenta que la clave era moverse permanentemente de lugar, al menor corte en el pique, no quedarse esperando, porque demoraba demasiado en volver. Lo bueno es que una vez obtenida una captura suelen venir otras detrás, como normalmente pasa en esta modalidad de pesca.
Otra dificultad era el oleaje, estaba muy picado el lago y si bien es indispensable que haya viento, porque de otra manera y con el lago planchado directamente “no hay pesca” el mismo nos traía muy rápido a la costa los aparejos, además en ciertos sectores el musgo y la vegetación sumergida nos hacía perder un valioso tiempo, no solo porque ensucia nuestros anzuelos, sino porque descarna, el frágil camarón al recoger las líneas hacia la costa.  

Las capturas se dieron con camarón vivo, extrañamente no funcionó el camarón cocido ni el rojo, que también habíamos llevado en gran cantidad, y calidad (ya que mi compañero de pesca Ricardo se dedica a la venta de carnadas.)
La pesca fue buena a pesar de nuestra disconformidad al saber que podía haber sido mejor, de mediar mejores condiciones climáticas.
Esta modalidad se desarrolla en un sitio muy apto para disfrutar con la familia, no solo por el entorno paisajístico que constituye una invitación a visitar el sector, sino que la pesca costera siempre es sinónimo de diversión y porque no “de aprendizaje” con los que recién comienzan a entusiasmarse con nuestra disciplina, es una opción que siempre tomamos en cuenta quienes somos padres debido a ciertas dificultades en relación a embarcarse con niños. Obviamente no es igual a pescar embarcados, son mas chicos los peces que se obtienen de costa, pero hay ventajas, como pescar a flote, practicar los lances, y por sobre todo ser una opción mucho mas económica.

Estando en este lugar me hizo pensar nuevamente lo que hace tiempo vengo afirmando a cerca del privilegio que tenemos en nuestro país de pescar en espacios públicos, sin pagar un canon especial por acceder a los pesqueros. Si bien esto último tiene sus excepciones, es decir todos conocemos de los males que hacen ciertos propietarios de inmuebles contiguos a los pesqueros, como los cortes o la dificultad de acceso a sectores públicos, el nulo respeto al “camino de sirga” regulado por nuestro código civil, los alambrados que toman las costas y las denominadas “lagunas privadas” donde se cobra para acceder sin que se brinde ningun servicio por ello, sabemos que esto existe, pero a pesar de ello en general nuestra realidad es diferente, y existen cientos de espacios en donde podemos acceder libremente a disfrutar de nuestra disciplina recreativa, cosa que no sucede en el resto del mundo, en donde hay otro tipo de regulación. Sin dudas, estos espacios gratuitos que todavía tenemos constituyen la manifestación mas clara de lo recién manifestado y es por ello que debemos obligarnos a respetarlos, sin dejar basura, sin molestar a los propietarios de viviendas cercanas, es decir valorar lo que tenemos.

 Resumidamente y con sentido didáctico aconsejamos:

-         concurrir solo si hay pronóstico de viento, caso contrario el pez no suele acercarse a la costa
-         utilizar aparejos de flote con brazolada de 80 cm, buena separación entre las boyas, que recomendamos sean del tipo aceituna.
-         buscar sectores con algo de profundidad, en lo posible sin musgos o vegetación sumergida.
-         utilizar camarón vivo como carnada
-         de vez en cuando, mover la línea suavemente incentivando el ataque del pejerrey (cazador nato por excelencia).
-         Ante un pique, cañar hacia el costado suavemente y recoger la línea con la puntera de la caña apuntando abajo y solo levantar la caña al llegar a nuestra posición  



Desde el punto de vista reglamentario, este dique tiene un cupo máximo de extracción de pejerrey de 50 ejemplares, según resolución de la autoridad de aplicación en la materia, la Secretaría de Ambiente Córdoba.

Servicios:
Ricardo “el gato” Fernandez
Venta de carnadas para la pesca de pejerrey (envíos a todo el país)

Teléfono: 03541-453915  

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